"Las imágenes como formas de producción discursiva, como instaladoras masivas de un retrato de la realidad, como fuentes emotivas y cognitivas que generan y modifican conductas, son presentadas negativamente (por los medios de comunicación) en torno al sistema educativo y éste no tiene capacidad de resignificarlas"
Esta y otras afirmaciones son vertidas en nº8 de Cuadernos de la Educación, por Inés Dussel y otros participantes del proyecto Tramas de FLACSO, con relación al tema de una Pedagogía de la Imagen, tema que el CAIE tomará este año para su tratamiento y reflexión.
La escuela debiera ser la encargada de entregar las herramientas para que, cada uno, pueda hacer su interpretación personal de las imágenes que ponen a nuestra disposición. Sin embargo, por variadas razones que van desde lo histórico fundacional hasta lo técnico y curricular, no considera a la imagen como una fuente válida de conocimiento.
El lenguaje escrito ha sido la forma más elevada y legítima de representación de la experiencia humana, de allí su primacía dentro del sistema escolar. Además, desde determinado momento, se levantó sobre la imagen una sombra de sospecha que nunca desapareció, por su vinculación con lo emotivo, lo irracional, por la dificultad de controlar su significado.
En una parte del texto Dussel afirma lo siguiente
"Me parece que hoy hay otros factores que dificultan el ingreso al aula, al menos en el caso argentino que es el que mejor conozco. Primero, no está claro en qué espacio curricular van a entrar: si en todos, o en alguno en particular; y por lo tanto, hay muchos profesores que sienten que a ellos “no les toca”, no es su cometido, no tienen o no quieren hacerlo. En segundo lugar, aún cuando quieran, muchos profesores no saben muy bien cómo trabajar con imágenes: las más de las veces, las toman como ilustraciones de un contenido predefinido, sin pensar en el lenguaje específico de una imagen. Pongo un ejemplo. Si uno quiere enseñar historia con una película, no debería tomarla como un documento de igual dimensión que una fuente escrita, porque se trata (aunque sea un documental) de un texto guionado, producido específicamente, que combina palabra e imagen y sonido de maneras muy particulares. Además, la imagen siempre trae el problema del anacronismo (de la misma manera que la fuente escrita, pero quizás en forma más patente): trae otro tiempo, trae otra perspectiva, trae otras limitaciones tecnológicas, trae un encuadre particular que incluye ciertas cosas así como excluye otras. No digo que no pueda usarse; lo que sostengo es que hay que elegir bien las imágenes que uno quiere usar, y estudiarlas, someterlas a cierto cuestionamiento, ponerlas en contexto, entender cómo y para qué fueron producidas, para después usarlas en la clase. Recomiendo, además, buscar más de una imagen, sumar perspectivas, y permitir ver que hay distintas maneras de representar eso que queremos mostrar. En el caso argentino, por ejemplo en relación a la historia reciente, uno podría decir que una cosa es la película “La historia oficial” de 1984, que ganó un Oscar, y otra muy distinta es “Los Rubios”, del 2003, donde la búsqueda de la cineasta va en una dirección completamente distinta. Las dos hablan tanto del pasado reciente como del momento en que fueron hechas, y estaría bien traerlas al aula para hablar de ambas cosas.
Intentamos desde este Centro sumarnos a la discusión sobre la educación de la mirada, por eso los invitamos a entrar al enlace y leer el texto completo que allí se ofrece.
Esperamos sus comentarios.
http:/www.uahurtado.cl/mailing/cuadernos_educacion_8/index.html
21 de mayo de 2009
Imágenes que educan...educar la mirada
Publicado por Centro de Actualización Innovación Educativa del ISFDyT nº26 en 9:41
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario